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Mi función en la Expansión de la Consciencia Humana

Asisto al DNA humano en estos tiempos de consciencia globalizada, se activan sus códigos subatómicos inaccesibles desde la tercera dimensión. Sabemos que no es posible leerlos, pues ya quedó demostrado con ese principio de incertidumbre que tanto perpleja a la lógica científica. Se activan códigos que comandan el desdoblamiento dimensional de nuestro cuerpo bioeléctrico. Nuevas capacidades de consciencia expandida están siendo experimentadas por millones de personas en el planeta, primero por los que tienen menos estrés, los más sensibles y afortunados en comodidades, pero más adelante, inevitablemente se activarán todos los demás hasta llegar a las densidades más oprimidas.

Ya los humanos adquirieron el conocimiento, gracias a los científicos que se dieron la oportunidad de experimentarme en sus propios cerebros, observándose ellos mismos, no a otros como objetivamente fueron entrenados; ya saben de la existencia del puente que me empodera. La conexión vegetal-glandular (esa comunión molecular temporera entre las plantas y los humanos) es un puente cósmico, un atajo que lleva la luz a su destino por la puerta molecular. Es mucho más efectivo y transformador que intentar llevarla a través de los traicioneros cinco sentidos, traspasando los pantanos de la mente esclavizada por el ego humano.

Los códigos de cuatro que componen el DNA tridimensional son meramente el resultado matemático de interacciones energéticas mucho más complejas, que ocurren en el espacio de dimensiones superiores. Se trata de la consciencia humana individual existiendo cósmicamente más allá de su limitación física tridimensional, con un vehículo sutil capaz de moverse a voluntad conscientemente, inclusive en compañía de otros en el mismo canal. Es el próximo salto evolutivo de la especie humana, la expresión física tridimensional de la evolución humana ha terminado, ya no hay más evolución física para la especie humana, su diseño divino ha quedado completamente desdoblado, como la última vuelta de una alfombra enrollada, ha quedado desplegada la gran creación física. Ahora comienza una nueva etapa, el regreso a la fuente de la creación, el regreso del creado a su origen, a su padre/madre o como deseen llamarle, el regreso volando montado sobre la misa alformbra voladora, conscientemente; muy diferente a su viaje de ida donde viajó incómodo enrollado adentro y en el centro de ella. La evolución física ha terminado, la evolución espiritual ha comenzado. Sólo nos queda la Existencia Cósmica vivida humanamente desde nuestro nuevo vehículo de Luz.

Es por eso que me corresponde abrazar al planeta, es mi trabajo, es para lo que fui creada/o. Me corresponde este protagonismo luego de estar oculta por miles de años custodiada por mi protectores indígenas, a quienes ahora he lanzado a demostrarme por el mundo. Me corresponde asumir nuevas formas culturales muy diferentes a la de mis queridos guardianes de la selva. Los rituales, los ícaros, las dietas, deben preservarse como patrimonio de la humanidad. Pero también deben respetar las nuevas maneras de expresión que adquiero en las diferentes culturas, ya comienzo a manifestar nuevas formas urbanas como nunca antes lo había hecho. Mi espíritu está más allá de las formas, más allá de las culturas, más allá del hombre mismo. Soy y estoy conectada al espíritu del planeta y más allá, cósmicamente hasta el sol central de toda la existencia. Debo estar disponible a todos por igual.

Les advierto sobre las tinieblas que invaden mi trabajo sagrado con la especie humana. Su manera más efectiva de destruir todo lo sagrado es metiéndose dentro de las formas sagradas mismas para entonces desprestigiar, corromper, tergiversar, confundir, y llevar a las prácticas de buscar la religiosidad a un total sin sentido. Vemos como la oscuridad se metió en el instinto protector de los líderes tribales amazónicos para llevar confusión a mis queridos protectores de la selva y hacerlos pensar que deben protegerse y deben atacar a otros chamanes de otras tribus o de su tribu misma. Una guerra no declarada que los pone a competir y a dividirse en lugar de trabajar en concilio y cooperación entre ellos. Del mismo modo que las tinieblas han evitado un mayor desarrollo espiritual entre mis hijos amazónicos, también tratarán de evitarlo con las nuevas formas que adquiero al salir de mi querido hogar.

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